Dr. Marco Saint Pere Guibovich
Una buena salud mental se refleja en un funcionamiento eficaz en las actividades diarias, lo que resulta en una alta productividad (por ejemplo, en el trabajo o la escuela), mejores relaciones sociales y una mayor satisfacción personal. Aproximadamente 1 de cada 5 adultos experimenta una enfermedad mental cada año. La buena noticia es que las enfermedades mentales pueden tratarse, y la mayoría de las personas continúan funcionando en su vida diaria a pesar de su condición. Uno de estos tratamientos efectivos es la práctica regular de ejercicio.
No es necesario levantar pesas pesadas en el gimnasio o correr maratones para obtener los beneficios del ejercicio en la salud mental. Actividades simples como caminar, estirarse o realizar ejercicios de resistencia como flexiones o sentadillas pueden aumentar significativamente la liberación de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”. Estas endorfinas ayudan a mejorar el estado de ánimo y a reducir el estrés y la ansiedad. Además, el ejercicio regular puede mejorar la calidad del sueño, incrementar la autoestima y, en algunos casos, incluso ser un complemento efectivo en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. Es maravilloso cómo algo tan accesible como el movimiento puede tener un impacto tan positivo en nuestro bienestar general.
Es alentador ver cuánto apoyo científico existe para los beneficios del ejercicio en diversas poblaciones y condiciones. Organismos de salud como el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada por semana. Esto no solo se aplica a la población general, sino también a grupos específicos como mujeres embarazadas y pacientes con cáncer, demostrando la universalidad de los beneficios del ejercicio.
La actividad aeróbica, como trotar, nadar o andar en bicicleta, ayuda a mejorar la salud cardiovascular, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y mejora la salud mental al disminuir los síntomas de depresión y ansiedad. Además, juega un papel significativo en la recuperación de adicciones al reducir los antojos y aumentar las tasas de abstinencia.
La Asociación Psiquiátrica Brasileña afirma que el ejercicio aeróbico combinado con el entrenamiento de fuerza son tratamientos efectivos para la depresión en los adultos mayores, siendo el ejercicio un tratamiento comparable con el tratamiento farmacológico.
Incorporar ejercicio en la rutina diaria puede ser tan sencillo como elegir actividades que uno disfrute, lo cual incrementa la probabilidad de adherirse a un programa de ejercicio a largo plazo. Bailar, hacer jardinería o incluso participar en deportes con amigos son excelentes maneras de mantenerse activo mientras se disfruta, haciendo que el ejercicio sea una parte placentera y esperada del día.
En conclusión, el ejercicio no solo es esencial para la salud física, sino también para la salud mental. Adoptar una rutina de ejercicio regular puede ser una herramienta poderosa para mejorar el bienestar emocional, aumentar la resistencia al estrés y fomentar una actitud positiva hacia la vida. Con tantos beneficios respaldados por la ciencia, es evidente que el ejercicio debe ser una parte integral de nuestra rutina diaria para mantenernos saludables tanto física como mentalmente.
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Referencias:
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- Schuch, Felipe B et al. “Exercise for depression in older adults: a meta-analysis of randomized controlled trials adjusting for publication bias.” Revista brasileira de psiquiatria (Sao Paulo, Brazil: 1999) vol. 38,3 (2016): 247-54. doi:10.1590/1516-4446-2016-1915
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