Un estudio, llevado a cabo en California y Francia en 2018, descubrió que la proteína de la carne está asociada con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, la proteína de los frutos secos y semillas trae beneficios al corazón humano.
El estudio, que fue publicado online el mes de abril de 2018 por la International Journal of Epidemiology [Revista Internacional de Epidemiología], descubrió que las personas que consumían grandes cantidades de proteínas de la carne experimentaban un 60 por ciento más de enfermedades cardiovasculares (CVD, según sus siglas en inglés). Por otro lado, aquellos que consumían grandes cantidades de proteínas de frutos secos y semillas experimentaban un 40 por ciento menos de CVD.
El estudio sobre la proteína vegetal
El estudio se titulaba «Patrones de ingesta de proteína vegetal y animal están fuertemente asociados con la mortalidad cardiovascular: estudio sobre la salud adventista – cohorte 2». Fue un proyecto conjunto entre investigadores de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda en California y el Institut National de la Recherche Agronomiqueen en París, Francia.
El estudio incluye información de más de 81.000 participantes. Fue una de las pocas veces en que fuentes detalladas de proteína animal han sido examinadas conjuntamente con la grasa animal en una investigación importante.
Gary Fraser, MB ChB [Licenciado en Medicina y Cirugía], de la Universidad de Loma Linda, y François Mariotti, doctorado, de AgroParisTechy el Institut National de la Recherche Agronomique, sirvieron como investigadores co-principales.
«Las grasas dietéticas pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las proteínas también pueden tener efectos independientes relevantes y que pasamos por alto en cuestión de riesgos», dijo Fraser. Añadió que él y sus colegas sospechaban hacía tiempo que incluir frutos secos y semillas en la dieta protege contra las enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, las carnes rojas aumentan el riesgo.
Grasas buenas y malas
Fraser continuó diciendo que los nutricionistas tradicionalmente han considerado lo que denominó «grasas malas» en las carnes y «grasas útiles» en nueces y semillas como agentes causales. Sin embargo, estos nuevos descubrimientos sugieren más que eso. «Esta nueva evidencia propone que el cuadro completo probablemente incluye los efectos biológicos de las proteínas en estos alimentos», manifestó.
Fraser mencionó que la investigación del equipo difiere de otra manera significativa con investigaciones anteriores. Mientras que estudios anteriores han examinado las diferencias entre las proteínas animales y vegetales, este estudio no se detuvo en solo dos categorías. Este estudio eligió especificar la proteína de la carne y las proteínas de frutos secos y semillas junto con otras fuentes dietéticas importantes.
«Esta investigación sugiere que hay más heterogeneidad que solamente la categorización binaria de la proteína vegetal o animal», dijo Fraser.
También afirmó que el estudio plantea nuevas preguntas para seguir investigando. Por ejemplo, si los aminoácidos particulares de las proteínas de la carne contribuyen a las enfermedades cardiovasculares. Otra es si las proteínas de fuentes específicas provocan factores de riesgo cardíaco como lípidos en sangre, presión sanguínea y sobrepeso. Todos asociados con las enfermedades cardiovasculares.
uente: Revista Adventista
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