Un importante estudio internacional confirma el efecto protector de una dieta vegetal frente a la COVID-19.
El Departamento de Epidemiología de la Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health (Maryland, Estados Unidos) ha liderado un estudio internacional para evaluar la relación entre la dieta y el riesgo de resultar infectado por el coronavirus SARS-Cov-2.[1] Han participado 2.884 profesionales de salud de seis países (Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Estados Unidos) altamente expuestos al coronavirus por trabajar en primera línea asistencial.
Aquellos profesionales de salud que durante el año anterior a la pandemia siguieron una dieta basada en plantas tuvieron un 73% menos de riesgo de contraer COVID-19 moderado o grave, en relación a los que siguieron una dieta omnívora rica en proteínas. Los que siguieron una dieta basada en plantas con pescado redujeron su riesgo en un 59%.
En este estudio se consideró como dieta basada en plantas la que es rica en hortalizas, legumbres, frutas, nueces y otros frutos secos, a la vez que baja en carne de pollo, carne roja y carne procesada (embutidos y jamones).
Otros estudios anteriores ya habían mostrado el efecto protector de la dieta mediterránea contra la COVID-19[2] y particularmente de ciertos fitoquímicos contenidos en las semillas, frutas y hortalizas, tales como los polifenoles.[3]
La dieta vegetal, protección sin efectos secundarios
Este importante estudio, publicado en el British Medical Journal[1] confirma, una vez más, el efecto inmunoestimulante y protector contra las infecciones víricas de las dieta basada en plantas, sin efectos secundarios y con muchas otras ventajas; igualmente, pone de manifiesto que el consumo de carne no protege contra las infecciones, sino que las favorece.
Aunque se trata de un estudio de casos y controles que no permite inferir causalidad, y no es comparable estadísticamente a los estudios sobre la eficacia de las vacunas, sus resultados resultan muy prometedores y esperamos que vaya seguido de otros que lo confirmen.
La protección ofrecida por una dieta vegetal puede incluso ser mayor si además se siguen las medidas de higiene, se practica ejercicio físico, se obtiene suficiente vitamina D mediante exposición a la luz solar o por la ingesta de suplementos, tal como muestran otros estudios recientes. Los suplementos de zinc, selenio y vitamina C aportan también una protección adicional.
Los adventistas del séptimo día no estamos solos al enfatizar los muchos efectos beneficiosos de una alimentación basada en plantas. Nuestro mensaje, basado en la prevención mediante la alimentación y el estilo de vida, tiene hoy más apoyo científico que nunca antes.
Fuente Revista Adventista
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