La cuestión no solo es comer o no comer… Lo que vamos a ver aquí es un estilo de vida
Para perder peso y tener salud, se necesita algo más que el deseo de hacerlo. Es necesario comprometerse y tener un plan bien pensado. Necesitaremos establecer unos hábitos saludables que mejoren nuestra salud física, mental y emocional.
Hábitos saludables
Los hábitos son una acción repetida en varias ocasiones, que crea una ruta entre nuestras neuronas, y se vuelve mucho más fácil y eficiente para tu cerebro ejecutar una acción repetida en el pasado, que empezar una nueva.
Uno de los hábitos que podemos adquirir es el de masticar bien los alimentos, ya que comer sin masticar puede traer consecuencias como el sobrepeso y demás. Masticar bien los alimentos no solo agiliza la digestión, sino que hace que consumamos menos alimento, pues, nuestro cerebro detecta que estamos saciados aproximadamente a los veinte minutos que hemos empezado a ingerir alimentos.
La ciencia sigue desvelando las claves de los efectos saludables del ayuno intermitente. Dicen que mejora la composición corporal, facilita la quema de grasa y favorece la autofagia, reduce el peso, el colesterol malo, etc. Y ¿cuándo hacer el ayuno intermitente? Para que sea más eficaz, se elimina la cena, pues, por la mañana nuestro cerebro necesita un buen alimento, da tiempo de quemar las calorías durante el día, y surte más efecto para la pérdida de peso, para descansar mejor, etc.
Un buen desayuno se define como una equilibrada combinación de cereales, semillas y frutas variadas.
Ejercicio
Para metabolizar determinados alimentos, nuestro organismo necesita quemar más calorías de las que ese alimento le aporta. Existen determinados hábitos y alimentos que consiguen activar nuestro metabolismo de manera que adelgacemos mucho más fácilmente. Así que el ejercicio es imprescindible.
Los científicos han descubierto que el ejercicio como el caminar, promueve la salud y ayuda a combatir la hipertensión, la obesidad, la diabetes, el cáncer de colon y hasta la depresión.
El ejercicio fortalece el sistema inmunitario. Ayuda a deshacerse del exceso de grasa. Ayuda a reducir el peso. Aumenta la fuerza muscular. Aumenta la resistencia y es un remedio específico para combatir la fatiga emocional.
Nuestra capacidad de vivir en forma eficiente y feliz está directamente relacionada con la cantidad de agua que bebemos. Necesitamos suficiente agua para mantener la mente alerta. Si queremos perder peso: disminuyamos las calorías; aumentemos la cantidad de fibra en nuestro régimen; y bebamos 12 vasos de agua pura cada día.
Dieta apropiada
Cuando Dios creo a los primeros seres humanos, les indicó la dieta apropiada, Gén. 1:29: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.
Es decir: FRUTAS (dulces), SEMILLAS, FRUTOS SECOS (grasas proteínas y carbohidratos), VERDURAS, etc.
La restricción de cualquiera de los macronutrientes (proteínas, carbohidratos o grasa) en tu dieta va en contra de lo que tu cuerpo necesita y sólo puede provocar problemas.
Los tres macronutrientes básicos cumplen funciones importantes para un cuerpo delgado, saludable y libre de enfermedad.
Los Alimentos Grasos Nocivos:
Aceites hidrogenados (grasas trans), Aceites refinados, Grasas saturadas, Grasas insaturadas.
Alimentos Grasos Saludables:
Grasa de coco, Aceite de oliva extra virgen, Aguacates, Frutos secos oleaginosos, Semillas
Las semillas son alimentos que no deben faltar en una dieta para adelgazar, porque aportan la fibra que tú necesitas para movilizar tu intestino y depurar el organismo. Y además en las semillas se encuentran minerales, vitaminas, proteínas, lecitina y antioxidantes.
Los frutos secos oleaginosos constituyen una excelente alternativa a las proteínas animales, poseen nutrientes imprescindibles para el organismo como vitaminas, minerales y fibras.
Dejar el azúcar blanco y todas sus preparaciones, ayuda en el sentido de equilibrar la condición psicológica de la persona. Al reducir el azúcar también disminuye la ingesta de calorías vacías, que hacen aumentar de peso. Además, el azúcar ocasiona la pérdida de minerales, como calcio, fósforo, magnesio, zinc, yodo, hierro. Y drena y extrae las preciosas vitaminas y minerales del cuerpo, por las demandas que su digestión, desintoxicación y metabolismo producen sobre el organismo.
Al alimentarse con alimentos integrales, tales como cereales, legumbres, verduras y frutas, los órganos funcionan adecuadamente y no piden tanto azúcar.
Recuerda, NO HAY ATAJOS PARA PERDER PESO. TIENES QUE CAMBIAR TUS HÁBITOS PARA SIEMPRE.
Fuente Revista Adventista
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